Desde hace semanas, las zonas cordilleranas de Río Negro y Chubut han sido golpeadas por incendios de gran magnitud que afectan tanto a zonas urbanas como rurales, impactando gravemente en la economía de la región. Este fenómeno se repite cada año, agravado por la presencia de pinares plantados con fines comerciales en las décadas de 1970 y 1980. Estas especies introducidas, además de ser altamente inflamables debido a sus resinas y aceites, dificultan la restauración de la biodiversidad local, que puede tardar años en recuperarse por completo.
Sin embargo, hay una solución que puede marcar la diferencia en la restauración y protección de estas áreas: el cultivo de cáñamo.
¿Cómo puede el cáñamo ayudar a mitigar los incendios?
Sustitución de especies inflamables
El cáñamo puede reemplazar los pinos y otras especies exóticas inflamables, reduciendo significativamente el riesgo de propagación de incendios. Al ser una planta que no acumula resinas ni aceites peligrosos, su cultivo en áreas estratégicas puede actuar como una barrera natural contra el fuego.
Reducción de material combustible
El cáñamo tiene un ciclo de vida anual, lo que significa que se cosecha de forma regular. Esto evita la acumulación de biomasa en el terreno, que en los monocultivos forestales suele actuar como un potente combustible para incendios.
Mejora de suelos degradados
Después de un incendio, los suelos quedan erosionados y empobrecidos. El cáñamo tiene la capacidad de regenerar nutrientes y mejorar la estructura del suelo, dificultando la proliferación de plantas invasoras inflamables y favoreciendo la recuperación de la vegetación nativa.
Captura de carbono
El cáñamo es una planta altamente eficiente en la captura de CO₂, lo que no solo contribuye a la recuperación de las áreas afectadas, sino que también ayuda a mitigar el cambio climático, uno de los principales factores detrás del aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales.
Fomento de la biodiversidad
A diferencia de los monocultivos forestales, el cáñamo puede integrarse en sistemas agrícolas y forestales diversificados, creando ecosistemas más equilibrados, resistentes y menos propensos a incendios devastadores.
Uso en bioingeniería
En terrenos afectados por incendios, el cáñamo puede utilizarse para estabilizar el suelo, controlar la erosión y actuar como una herramienta clave en la recuperación del ecosistema post-incendio.